25 mujeres olvidadas por la historia. Curiosas, valientes y libres. Ellas protagonizan “Intrépidas” un precioso relato de Cristina Pujol Buhigas con ilustraciones de Rena Ortega, que viene a recordarnos la importancia de visibilizar a las que nunca salen en los libros de historia.
En Coeducacion.es hemos tenido el placer de hablar con su autora.

COEDUCACIÓN. Intrépidas es un libro de mujeres libres que intentaron vivir su vida, explorar y alcanzar sus metas. ¿Cómo surgió la idea de plasmar sus aventuras en este libro?

CRISTINA.
Una persona de la Editorial Pastel de Luna tuvo la idea de juntar en un libro estas aventuras. Habían dado con la película basada en el viaje de Robyn Davidson, llamada Tracks, como el libro que ella escribió. En él cuenta cómo cruzó, acompañada de cuatro camellos, el desierto australiano en 1977. Inspirados por su increíble hazaña se preguntaron: ¿Cuántas historias de mujeres habrán caído en el olvido? Contactaron conmigo y empezamos a elaborar una lista de 25 intrépidas.

COEDUCACIÓN. Este libro es una herramienta perfecta para que las familias y el profesorado trabaje modelos igualitarios entre los niños y niñas, ¿has hecho algún descubrimiento personal mientras trabajabas en su creación?

CRISTINA.
¡Muchos! A parte de darme cuenta de que siempre ha habido mujeres curiosas, valientes, con inquietudes, que no es una especie de locura transitoria que estemos viviendo las mujeres modernas, me ha aportado un sinfín de valores. Me he dado cuenta de lo importante que es compartir nuestros logros y también nuestros fracasos. Kay Cottee, la primera mujer que dio la vuelta al mundo en barco, sola, sin paradas ni asistencia, se lanzó a emprender este reto tras leer el libro de otra mujer que había fracasado en el intento. Todos somos parte de una cadena, somos eslabones y nuestra historia puede inspirar a otros a hacer grandes cosas.

También me he dado cuenta de que todos tenemos cualidades únicas, y ninguna es mejor que otra, lo importante es lo qué hacemos con ellas. En el libro tenemos el ejemplo de Lynne Cox, una mujer norteamericana que, con sólo 15 años, cruzó el Canal de la Mancha y batió el récord masculino y femenino al hacerlo. Pero ella se dio cuenta de que nadando podía hacer mucho más que simples hazañas deportivas. Se propuso nadar la distancia entre las islas Diomedes, una rusa y otra norteamericana en plena guerra fría. Lo consiguió en 1987, meses después, los presidentes de ambos países, los hombres más poderosos del planeta, Gorvachov y Ronald Reagan brindaron por ella en la Casa Blanca. Celebraron que una nadadora les mostrase que estaban más cerca de lo que pensaban.

COEDUCACIÓN. El libro habla de la idea de intentar recorrer tu camino, no tanto de llegar a la meta, ¿vivimos en una sociedad obsesionada con el éxito? ¿Transmitimos esto a nuetrxs niñxs?

CRISTINA.
Creo que es realmente importante añadir un post data al mensaje que damos en la actualidad a los niñxs. Repetimos sin cesar que tienen que perseguir sus sueños, que no hay nada imposible y puede que estemos contribuyendo a esa cultura del éxito. Cuando nos obsesionamos con la llegada a la meta, con la consecución de nuestros objetivos, nos olvidamos de todo lo que aprendemos en el camino, de disfrutar cada paso del viaje.

Además, incrementamos la presión, tenemos miedo al fracaso, tanto, que no intentamos siquiera comenzar el camino. Pero si cambiamos el mensaje y transmitimos a los niñxs que intentarlo es un éxito en sí mismo las cosas cambian, el miedo desaparece.

COEDUCACIÓN. ¿Sientes que te has dejado a alguna “intrépida”? ¿Por qué seleccionaste a estas mujeres?

CRISTINA.
Ahí fuera, escondidas, debe de haber cientos de historias maravillosas de mujeres aventureras. No ha sido tan sencillo dar con estas 25. Primero porque queríamos hacer una representación de distintas épocas y también dar toda la variedad de viajes posible. Está claro que, en la actualidad, hay muchos casos de mujeres que han hecho viajes increíbles, pero es muy importante ver que ellas son las herederas de muchas aventureras que nadaron contra corriente en distintas épocas. La primera de la que hablamos en el libro es, nada menos, que del siglo IV.
Intenté que hubiera presencia de mujeres de todos los continentes y razas, pero fue casi imposible. No se trata sólo de haber hecho algo increíble, es que hayas dejado un rastro de tu aventura. Estas 25 mujeres habían dejado escrita una biografía o libro de viaje, salvo tres: Gudrid, la vikinga que llegó al nuevo mundo; Sacagawea, la india shoshone que acompañó a Lewis y Clark hasta el Pacífico y Jeanne Baret, la botánica descubridora de la buganvilla. He tenido la suerte de contar con sus palabras, para mí era fundamental comprender sus motivos y poder ponerme en su piel.

COEDUCACIÓN. Como autora imaginamos que habrá alguna historia que te haya enamorado especialmente, ¿Qué intrépida te ha sorprendido más gratamente?
Todas son increíbles, pero quizás las que más me emocionó fue la de Jeanne Baret. En 1767 se embarcó en un barco que iba a dar la vuelta al mundo por orden del rey de Francia para descubrir nuevas especies. Lo hizo vestida de hombre y acompañando a su amante, el botánico Philibert Commerson. Durante siglos se ha enseñado que fue él el descubridor de la Buganvilla, que fue bautizada con el nombre del capitán de la expedición. La investigación de una historiadora, hace unos años, mostró que fue Jeanne la que la descubrió en Brasil. Y además, muestra algo fundamental, Jeanne se embarcó por su deseo de conocimiento, no sólo porque estaba enamorada.

Tras descubrirla los marineros la forzaron y fue expulsada en un puerto junto con Commerson y sus descubrimientos. A la muerte de Philibert le quitaron toda su investigación y cayó en el olvido. Un botánico norteamericano, Eric Tepe, tras conocer su historia, nombró una pequeña flor que había descubierto en 2012 en su honor. Más de doscientos años después de su muerte Jeanne inspiró a otro botánico. Para mí esa es la esencia del libro. No podemos perder estas historias, tienen un valor incalculable.

 

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