Allá por 1896 se consideraba que “los Juegos Olímpicos constituyen la exaltación solemne y periódica del atletismo masculino con el aplauso femenino como recompensa”. Entonces se celebraban los primeros JJ.OO. internacionales en los que no participó ninguna mujer. Tuvimos que esperar a los celebrados en 1900 en los que se alcanzó un 2,2% de representación (22 mujeres entre 997 atletas) para competir en aquellas disciplinas «compatibles con la feminidad»: tenis, vela, cricket, equitación y golf.

Hoy, la realidad es otra. Para conocer el momento en el que nos encontramos, recomendamos las siguientes lecturas y recursos:

 

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